jueves, 7 de julio de 2016

Aniversario de Brunete

Yo no lo quito


Ayer se cumplió en 79º aniversario del inicio de  la Batalla de Brunete, que constituye un fracaso más de lo que quería ser el Ejército de la República, y que costó a éste un montón de bajas, lo mismo que a los nacionales. Aquel intento de romper el sitio de Madrid se producía pocos días después de otro fracaso  que fué el intento de ocupar Segovia, que fué frenado por el general Varela en pocos días de combate.

No vamos a insistir en detalles sobre el desarrollo de la batalla, pero sí haremos hincapié en dos aspectos anecdóticos de esta batalla, que son la prisión de las hermanas Larios, enfermeras que permanecieron en Brunete junto a unos heridos cuando se retiraba el batallón cercado por las Brigadas de Lister, y el fallecimiento de la periodista-fotógrafo alemana conocida como Gerda Taro, casada con el también fotógrafo húngaro conocido como Robert Capa.


Gerda Taro, en realidad se llamaba Gerta Pohorylle, y era hija de judios polacos.De familia adinerada entró pronto en movimientos socialistas  y obreros en su ciudad natal, que era Stutgart.Al haber sufrido una detención por los nazis alemanes, se marchó a Paris en compañia de una amiga, y allí conoció a un joven fotógrafo húngaro, también de origen judío, que se llamaba André Friedman, que le enseñó sus conocimientos de fotografía.

Como no encontraban trabajo, se inventaron el nombre de Robert Capa, supuestamente americano que había llegado a Europa a vender sus  fotos a través de sus representantes Friedman y Pohorylle a un precio que era el triple que un fotógrafo francés..

En el año 1936 se trasladaron a España y fueron testigos de diversos acontecimientos de la guerra de España utilizando indistintamente la marca Capa. Luego se distanciaron ambos y Andre Friedman se quedó con el seudónimo de Robert Capa y ella, hasta poco antes de morir, con la firma de "Photo Taro".



El reportaje más importante de esta mujer fué el de las fases iniciales de la batalla de Brunete, que le dio cierto prestigio, llegando en poner en peligro su vida, hasta que en el repliegue final de las derrotadas tropas republicanas unos aviones en vuelo bajo hicieron que el convoy en el que ella se retiraba del frente perdiera en control y ella, que viajaba en el estribo del coche del general Walter, se cayó al suelo y un carro de combate ruso le pasó por encima, muriendo al día siguiente en el hospital inglés de El Escorial.




La otra anécdota es la que se refiere a dos enfermeras, falangistas, hermanas del marqués de Larios, que cayeron prisioneras en Brunete al no querer abandonar a los heridos de su hospital de campaña. En este primera imagen las vemos encabezando la columna de heridos y prisioneros, que marchan a pié hasta el puesto de mando de Lister. Pronto se conoció la personalidad de estas dos hermanas, y el general Miaja ordenó que las enviaran a Madrid para poder utilizarlas como canjeables por otras personalidades republicanas. Los milicianos comunistas querían fusilarlas, pero el oficial de enlace de Miaja no lo permitió y permanecieron encerradas en una cárcel de Madrid hasta que se pudieron canjear.

El gobierno nacional les concedió posteriormente la cruz al mérito militar con distintivo rojo, como puede verse en esta otra foto.






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