sábado, 13 de junio de 2015

El BOE

Yo no lo quito


Se nos repite continuamente que los españoles somos más bien de poco leer. Sobre todo quienes más lo repiten son los que viven de la pluma. Pero nosotros, que de lo único que vivimos es de la misericordia divina, y vemos como se van marchando los amigos y compañeros, encontramos en la lectura un pasatiempo que nos ayuda a pasar el rato. Y entre las muchas cosas que se pueden leer está el Boletín Oficial del Estado. No es que sea muy divertido, pero a veces nos puede explicar las cosas que ocurren en este desgraciado país que se llamaba España. Y como  hemos tenido ocasión de leer uno que, por casualidad, había caído en nuestras manos, su lectura nos ha permitido conocer lo que aquel  gobierno que salió de las urnas tras el atentado del 11 de marzo de 2004, ha estado haciendo con nuestro dinero, para hacernos más felices a todos los españoles.

Como puede leerse, la fecha de este Boletín es el 30 de junio de 2008, cuando han transcurrido los primeros cuatro años de la primera legislatura y va a repetirse la segunda. Pero también una fecha fatídica porque es el momento en el que la depresión económica empieza a mostrarse claramente a muchos españoles.

Las estadísticas del desempleo nos indican la variación  en España desde el año 2008 hasta el 2012. Precisamente el año que corresponde a este BOE.


La curva nos indica que en el primer trimestre de 2008 el paro era de 2,17 millones de desempleados, que van creciendo hasta 5,27 millones en el tercer trimestre de 201l, momento en el que cesa el gobierno socialista de Zapatero.

Pues bien el BOE de 30 de julio de 2008 nos ofrece una relación de 5 páginas como ésta, en la que el gobierno se dispone a distribuir dinero en unas asignaciones para el estudio de la memoria histórica , de las victimas del fascismo y del exilio republicano. De estas últimas, una  exposición itinerante para dar a conocer la vida de Josep Irla presidente en el exilio de la Generalidad de Cataluña. Seguramente porque hay poquísimos catalanes que recuerden siquiera su nombre.

El gobierno no quiso ni hablar de la crisis que se nos venía encima. Y quizás por eso, cuando estábamos cerca de los cinco millones de parados, el señor Solbes, Ministro de Economia y Hacienda, nos dió la solución a la crisis: Si aquellas Navidades no podíamos comer pavo, podíamos hacerlo con un conejo, que tampoco está mal.



Pues mucho cuidado, que ahora vienen de nuevo. Porque los pueblos tienen los gobiernos que merecen. Porque son los que les votan.




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