miércoles, 13 de mayo de 2015

Historias e historietas(3)


Yo no lo quito


Lo que se deduce de estas páginas que escribe Azaña desde su exilio, y poco antes de morir, es su dolor porque las potencias europeas se niegan a favorecer a la República Española ante el alzamiento militar por miedo a enfrentarse con otras naciones "democráticas" para evitar una continuación de aquella terrible Primera Guerra Mundial y por temor  una intervención rusa en la misma, que nadie desea. Pero estas naciones democráticas tenían sus embajadores en el gobierno de la República, que conocían perfectamente lo que se estaba cociendo en España. Por eso el gobierno francés llegó a enviar buques de guerra de la armada y otros contratados, para ayudar a evacuar a ciudadanos españoles, civiles, sacerdotes y  monjas y guardar sus vidas. Lo mismo hacían los gobiernos italiano y el inglés. De esta ayuda disponemos de datos fidedignos, y de ello ya hablamos en ediciones anteriores de El Alimoche.



Y de lo que no dice ni una palabra es del llamado "Oro de Moscú" sobre el que se han dicho muchas cosas.

Con esta expresión, o también con la de "Oro de la República",se refiere a la operación por la cual se apropió, y trasladó a la Unión Soviética, 510 toneladas de oro que constituían el 72% de las reservas de oro del Banco de España a los tres meses de iniciada la guerra. Operación que se realizó bajo presidencia de la República de Azaña y la autorización de su gobierno presidido por Francisco Largo Caballero , a quien apodaban "el Lenin español", y por el entonces ministro de Hacienda Juan Negrín. Como tampoco habla del envío de 193 toneladas  (25% de la reserva de oro) trasladadas a Francia y que se llamaron, por antonomasia, "el oro de Paris". España, en el año 1936, era la cuarta potencia del mundo en reservas de oro, y al terminar la guerra sus reservas se habían reducido a cero.

Y si Manuel Azaña no menciona este operación es porque se hizo a sus espaldas y en secreto "por razones de seguridad". El encargado por la URSS de llevar a cabo esta operación fué el director de la NKVD en España Alexander Orlov, que el 20 de 0ctubre de 1936 recibió un telegrama cifrado de Stalin ordenándole organizar el envío a la URSS y concretar los preparativos con el ministro de Hacienda, Negrin, añadiendo que esta operación debía realizarse en el mas absoluto secreto, "Si los españoles le exigen un recibo por el cargamento, niéguese. Repito, niéguese a firmar nada y diga que el Banco del Estado preparará un recibo formal en Moscú".



Alexander Orlov

Orlov contestó que realizaría la operación con los tanquistas soviéticos que acababan de llegar a
España, pero años más tarde declaraba lo siguiente:

"Deseo subrayar que, en aquel tiempo, el gobierno español no controlaba completamente la situación. Le dije francamente al ministro de Hacienda Negrin que si alguien se enteraba de ello, si los anarquistas interceptaban a mis hombres, rusos, con los camiones cargados de oro español, los matarían  seria un tremendo escándalo político en todo el mundo que incluso podría provocar una revolución interna. Por eso le pregunté a él si el gobierno español podría extenderme credenciales bajo algún nombre falso como representante del Banco de Inglaterra o del Banco de América, porque entonces podría decir que el oro se estaba transportando a América por razones de seguridad".

Recordemos que Orlov, buen conocedor de las costumbres de la NKVD, salvó su vida escapándose a los Estados Unidos de América donde publicó parte de sus memorias. Lo que no pudieron hacer muchos de los rusos "spansky" que combatieron en España,  o actuaron  aquí, y que acabaron sus días en la cárcel o el asesinato.

El dia 22 de octubre de 1936 se presentó en Cartagena Francisco Mendez Aspe, que era Jefe del Tesoro y hombre de confianza de Negrin, que ordenó la extracción de noche de la mayoría de las cajas de oro con un peso aproximado de unos 75 kilos cada una, que fueron transportdas en camiones y cargadas en los barcos rusos Kine, Kursk, Neva y Volgoles.




El oro tardó tres noches en embarcarse, y el 25 de octubre se hicieron a la mar los cuatro barcos para dirigirse a Odessa, que es un puerto del Mar Negro. A esta expedición acompañaban, como personas de confianza, cuatro claveros del Banco de España. Clavero es un personaje que guarda las llaves de las cajas fuertes del Banco. Y es curioso que  Orlov había preparado un documento en el que se reseñaban 7.900 cajas de oro, mientras en el de Mendez Aspe se indicaban 7.800; lo que no se sabe si fué un error o debido a una desaparición de 100 cajas. Finalmente, el recibo señalaba 7800.

De este transporte habla en sus memorias, editadas en España, Dolores Ibarruri, "la Pasionaria", con prólogo de Manuel Sanchez Montalbán



Esto es lo que cuenta;

"En cuanto al lucro de Rusia, el relato que ahora reitero aquí es ciertamente asombroso. El 26 de octubre de 1936 se embarcaron en Cartagena con destino a Rusia siete mil ochocientas cajas llena de oro, amonedado y en barras, oro que constituía la mayor parte de las reservas del Banco de España.

Previamente el señor Negrin, como Ministro de Hacienda (todavía no era presidente del Consejo) obtuvo el acuerdo del Gobierno y la firma del Presidente de la República para un decreto autorizando las medidas de seguridad que estimara indispensables en cuanto al oro del Banco de España. Como miembro de aquel gobierno, acepto la responsabilidad que me corresponde por el acuerdo, aunque ni los demás ministros ni yo conocíamos el propósito perseguido. Ignoro si llegó a conocerlo el entonces presidente del Consejo, Francisco Largo Caballero".

Y sigue explicando:

"El embarque se realizó con gran misterio. Si yo me enteré fué por pura casualidad, a causa de haber llegado a Cartagena para asuntos del servicio -era yo ministro de Marina y Aire- cuando el embarque se efectuaba bajo la dirección personal de Negrin y Mende Aspe".

No sabemos si a usted, querido lector, le hará mucha gracia eso de que "la Pasionaria" fuera Ministro de Marina y Aire en plena guerra civil; pero le recordamos que en el primer gobierno de la República fué Ministro de Marina el abogado Lluis Companys, cuya única experiencia en temas navales la debió adquirir hacia el año 1922 cuando estuvo preso en la base naval de Mahón junto con su amigo de la niñez Salvador Seguí, "el noi del sucre". Por cierto que su presencia en las islas Baleares, cuando fué a visitar las bases navales, le permitió escuchar el discurso del entonces Comandanre General Francisco Franco Bahamonde, de lo que  nos da fé esta imagen de prensa.



Si Dios quiere, continuaremos mañana.







No hay comentarios:

Publicar un comentario