sábado, 2 de agosto de 2014

Aniversarios

Yo no lo quito


Hoy, 2 de agosto, se cumplen dos aniversarios de la Historia Militar que no pueden pasar desapercibidos para aquellos que estudian o curiosean sobre estos temas. Uno de ellos, el que más trascendencia ha tenido, dentro de la Historia General Militar, es el aniversario de la batalla de Cannas, que tuvo lugar en el año 216 a.C. dentro de la segunda guerra púnica. Y como en ella intervinieron personajes de la Historia de España, como Aníbal, Asdrúbal o Magón. soldados hispanos dentro de una coalición cartaginesa, y hasta los elefantes que quedaban, que ya eran pocos, eran españoles procedentes del depósito de sementales de Alcala de Guadaira, este Asno cree que es conveniente decir algo sobre ella.


La segunda es el parón de la ofensiva en la primera parte de la batalla del Ebro, que se produce el 2 de agosto de 1938. Este día el ejército de Modesto, que había cruzado el Ebro el 25 de  julio termina su acción ofensiva y, a partir de entonces, todo se convirtió en una sangrienta batalla defensiva. Aquel ejército que cruzó el Ebro, ni siquiera fué capaz de alcanzar la primera linea de objetivos que comprendía Gandesa y Villalba de los Arcos, y se quedó como un atleta que se prepara para dar el salto de altura y se queda parado en mitad del salto, aunque, eso sí, dominando desde la altura todo el terreno que le rodeaba y que hubo que conquistar a base de sangre, sudor y lágrimas.


En ambos casos, las dos victorias no sirvieron para nada. La de Cannas porque la segunda guerra púnica la perdieron los cartagineses de Aníbal, incapaz de apoderarse de Roma una vez ganada Cannas, que era un villorio de la Apulia, situada en el talón de la bota italiana, a mucha distancia de Roma. Y, curiosamente, las ruinas arqueológicas de Cannas están muy cerca de Barletta, por donde anduvieron también los soldados del Gran Capitán.

En el segundo, aquella que podríamos  llamar "victoria táctica parcial" sólo sirvió al Ejército Popular de la República para quedar destruido y que las tropas nacionales pudieran llegar a la frontera francesa casi en un paseo militar, porque la guerra ya estaba perdida de antemano desde antes de la ofensiva de Teruel. Una batalla impuesta por el partido comunista para ver si se podía ganar tiempo y aprovechar la guerra que se preparaba en Europa, y que se desató el año siguiente con las consecuencias que todos conocemos. Esto es lo que cuenta Tagüeña en sus memorias y Zugazagoitia en las suyas. O sea, que no es una opinión propia.

Y como ustedes se preguntarán por qué a este Asno se le ha ocurrido ponerse a contarnos algo de Historia Militar, les diré que para no tener que mencionar hoy las aventuras de Jordi Pujol "el austero", como dicen los diarios independentistas. 

Y ustedes me perdonarán.



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