jueves, 12 de junio de 2014

Corruptio

Yo no lo quito


Como el tema de moda es, en estos momentos, intentar explicar el descalabro de los dos grandes partidos nacionales, el PP y el PSOE, cuando una gran parte de sus votantes ha dejado de serlo, lo que no deja lugar a dudas es que la causa del estropicio la tiene una palabra que se llama "corrupción". Los antiguos romanos tenían una frase que decía "corruptio optimi, pessima", que puede traducirse diciendo que la corrupción de lo mejor, es lo peor. Y esto es lo que está ocurriendo ahora en España.

Los que eran votantes del PP han dejado de votarle porque  la clase política, le ha estado tomando el pelo en aspectos fundamentales como son la unidad de España, el respeto a la Religión y, sobre todo, el escándalo de los millones del caso Bárcenas, que lleva a investigar cuentas en la India, China, Tailandia y Alaska. Son muchos los ex-votantes del PP los que se avergüenzan de los políticos en los que habían depositado su confianza.

Los ex-votantes del PSOE, es probable que algunos se sientan también avergonzados de los escándalos de Andalucía y de los enfrentamientos que ha habido y sigue habiendo para impedir que sigan adelante las investigaciones sobre los EREs y demás chapuzas, que alcanzan un número respetable de millones de ese dinero que, como decía una Ministra de... ¡Cultura!, no es dinero de nadie.

Todas estas cuestiones nos traen a la memoria unas dcclaraciones que hizo hace años un cardenal a quien en su día se le  puso el sambenito de calificarle como "el cardenal del cambio", pero que se llamaba don Vicente Enrique y Tarancón, fallecido años más tarde en su natural Burriana. Este cardenal tan poco sospechoso de franquismo, aunque en su juventud lo fué y de manera muy ardorosa, pronunció en Jerez esta frase:

  "El rearme moral de la sociedad puede hacer desaparecer la psicosis de corrupción generalizada que impregna la vida política española; la corrupción que hay hoy en la democracia es mayor que la que existía en el régimen de Franco".

Aquella frase saltó a todas las primeras planas y dió lugar a que Felipe González se creyera obligado a replicarle groseramente recordando al cardenal los tiempos en que llevaba a Franco bajo palio, y otras maldades que no por ser ciertas eran menos agradecidas. Y como aquí no nos inventamos nada, esta es la página del ABC del dia 16 de enero de 1992. Han pasado 22 años desde aquella  declaración olvidada por la desmemoria histórica.

Es que las hemerotecas tienen una memoria dc hierro.


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