martes, 18 de marzo de 2014

Palabras

Yo no lo quito


Hoy nos despierta la prensa con noticias como ésta porque parece que, como indica EL MUNDO, "Margallo se equivoca al equiparar el caso de Crimea y el de Cataluña".



Y hasta Jimenez Losantos ha puesto el grito en el cielo por haber declarado esto. Y lo que ocurre es que estas cosas nos pasan por tener como Ministro de Asuntos Exteriores a un señor que no pertenece a la carrera diplomática, lo que en España (al menos en la España actual)  es bastante frecuente. Nosotros entendemos que el señor Garcia Margallo, apellido de ilustre abolengo militar, aunque él no haya seguido la carrera de sus antepasados, lo que debería haber hecho es no hablar de este tema porque  no se debe meter la pata. Claro que cuando los políticos hablan lo hacen para los torpes; jamás se ha dicho que hablen para los inteligentes, y así la cosa se aguanta.

Porque Cataluña y Crimea sí tienen algo en común, y es que ni la una ni la otra han sido jamás naciones independientes. Y lo mismo se puede decir de Ucrania que no fué una nación independiente en la Edad An tigua, ni en la Media, ni en la Moderna, porque el reconocimiento de la nacionalidad ucraniana se hizo bajo el régimen bolchevique que dividió el Imperio Ruso en repúblicas ficticias para obtener más votos en las instituciones internacionales.

En Ucrania se habla un idioma eslavo distinto del ruso, que viene a ser distinto como lo es el portugués del español. Y es también el pais eslavo con mayor número de católicos de rito greco-bizantino, pero de obediencia a Roma. Son los llamados "uniatas".

Curiosamente, el actual "nacionalismo" ucraniano es lo más parecido a lo peor de la Unión Europea, favoreciendo el aborto y el homosexualismo en la educación de los niños. La misma Iglesia Católica Ucraniana se encuentra dividida desde el año  2009 entre la Iglesia Catolica Ucraniana bajo la autoridad del Patriarca Elías, de la Orden de San Basilio, en pugna con las ideas más modernistas romanas del arzobispo Hussar.

En Ucrania existe hoy un sentimiento antirruso procedente de la hambruna que Stalin organizó en los años 1932 y 1933 en un territorio que estaba considerado como "el granero de Europa". La incautación de las tierras para formar cooperativas, la expropiación de las cosechas porque eran necesarias para llevar a cabo los planes quinquenales, la deportación  a Siberia de tantos propietarios que se oponian a esta colectivización, y la muerte por hambre de millones de campesinos dejó en Ucrania un sentimiento antisoviético y antirruso.


Esperemos que la sangre no llegue al rio. Y a ver si el señor Ministro de Asuntos Exteriores después de ver esta foto se atreve a decir que Cataluña es como Crimea.


No hay comentarios:

Publicar un comentario