jueves, 26 de diciembre de 2013

Un 25 de diciembre

Yo no lo quito


Este 25 de diciembre hemos podido ver como el Presidente de la Generalidad de Cataluña ha vuelto a la tumba de Maciá para rendirle homenaje en el 80 aniversario de su muerte. Y así se puede ver en las páginas de la prensa







Huelga decir que no se trata de un acto religioso, en el que nadie ha rezado nada, sino de una manifestación política en un momento de tensión entre el Gobierno Español y la Generalidad catalana. Al fin y al cabo, en su tumba no aparece una sola cruz porque eso sería herir su condición de masón al que fué primer presidente de la Generalidad catalana. El segundo presidente, que también era masón, al menos antes de morir  hizo lo mejor que podía haber hecho en su vida, que fué morir cristianamente,

El Presidente Mas ha respondido al mensaje de Navidad del Rey diciendo que "Cataluña y el catalanismo siempre han apostado por la convivencia", y ha pedido que  le escuche "con atención y respeto" la voz mayoritaria de los catalanes que reclaman poder decidir sobre su futuro.

También ha dicho que la aspiración de Cataluña por conseguir el máximo de autogobierno posible  no es nueva y que ya viene de hace décadas. O sea, que nada de siglos, Y espera que Cataluña podrá en 2014 ver cumplido "su anhelo y sus sueños"

Sin comentarios.

1 comentario:

  1. Esto ya es insoportable, pero lo peor es que empiezo a pensar que, siendo yo bastante poca cosa, el resto de los españoles son bastante más tontos que yo (palabra de honor que no quiero ofender). Y digo esto porque creo que tengo una solución para el problema del separatismo, y se me hace muy cuesta arriba que, habiendo tanto ministro, secretario de estado, director o subdirector general, alto cargo, experto, asesor, consejero, correveidile, regalaoídos, ayudante cualificado o sin cualificar, pelota, adulador, engañabobos, secretario personal, lameculos, recomendado, tiralevitas ─qué palabra tan bonita y tan olvidada hoy en día─ (todos, por supuesto, con sueldo millonario, ¡faltaría más!), a ninguno de ellos se la haya ocurrido una idea tan sencilla para solucionar el problema en menos de cuarenta y ocho horas ─perdón, digamos noventa y seis, que es lo que falta aproximadamente para terminar el año─. Quizá sea porque todos están en la “mamandurria”... Mi solución, digo, es bien sencilla: “Señor Presidente y señores Ministros del Gobierno de la Nación, señores Diputados y Senadores de la Nación, señores Presidentes de las Comunidades Autonómicas, señores Consejeros (Ministrillos, creo que dicen en Asturias) del Gobierno de todas y cada una de las Comunidades Autonómicas, señores Presidentes de todas y cada una de las Diputaciones Provinciales o Forales, señores Alcaldes, Tenientes de Alcalde, Concejales, etc., etc., de todos y cada uno de los ayuntamientos de la Nación española, señores con cargo oficial/extraoficial (y aquí caben todos y cada uno de los cargos que cobran del erario público, y me refiero, evidentemente, al de la Nación, o sea, España) que sean separatistas o que se timen con la idea de serlo, o que propugnen la feliz de idea de hacer cualquier tipo de consulta plebiscitaria con el fin de proclamar un estado o una república independiente, hasta aquí hemos llegado, a partir del día 1 de enero de 2014, sin la menor posibilidad de protestar o recurrir, y dado que se declaran separatistas y que quieren la independencia, y dado que NO SE CONSIDERAN ESPAÑOLES, cesarán en sus cargos oficiales y, en consecuencia, dejarán de percibir sus emolumentos del erario público. Si no son españoles no pueden seguir cobrando un sueldo del Estado Español, de la Nación Española. Creo que es muy lógico y muy sencillo. Y si alguien no está de acuerdo, que me corrija. Ya verán que, en menos de un rato (fíjense que no digo en menos de cuatro días), se acaban las veleidades separatistas o independentistas. Basta ya de tonterías, por favor, España no está en condiciones de seguir soportando la lacra de sinvergüenzas y delincuentes con cargo oficial que no hacen otra cosa que enriquecerse a costa el ciudadano que, en definitiva, es el que, con sus impuestos, soporta el peso de la Nación (es decir, la mamandurria de todos esos cargos que antes he enumerado, cuyo único afán es enriquecerse robando lo más posible en el menor tiempo posible).

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