domingo, 3 de noviembre de 2013

La vieja farsa

Yo no lo quito



1.-Recuerdo de Jacinto Benavente.


Premio Nobel de Literatura y posiblemente desconocido por la mayoría de los españoles, iniciaba el prólogo de su obra "Los intereses creados" con unas palabras que a este viejo Asno le parecen hoy aplicables a nuestra situación política:

"He aquí el tinglado de la antigua farsa, la que alivió en posadas aldeanas el cansancio de los trajinantes, la que embobó en las plazas de humildes lugares a los simples villanos, la que juntó en ciudades populosas a los más variados concursos, como en Paris sobre el Puente Nuevo, cuando Tabarín desde su tablado de feria solicitaba la atención de todo transeunte, desde el espetado doctor que detiene un momento su docta cabalgadura para desarrugar un instante la frente siempre cargada de graves pensamientos, al escuchar algún donaire de la alegre farsa, hasta el pícaro hampón, que divierte sus horas y horas engañando al hambre con la risa..."

Prólogo que terminaba con estas otras consideraciones:

"Pronto vereis cómo cuanto en ella sucede  no pudo suceder nunca, que sus personajes no son ni semejan hombres y mujeres, sino muñecos o fantoches de cartón y trapo con generosos hilos, visibles a poca luz y al más corto de vista. Son las mismas grotescas máscaras de aquella comedia de Arte italiano, no tan regocijadas como solían, porque han meditado mucho en tanto tiempo. Bien conoce el autor que tan primitivo espectáculo no es el más digno de un culto auditorio de estos tiempos; así, de vuestra cultura tanto como de vuestra bondad se ampara. El Autor sólo pide que aniñéis cuanto sea posible vuestro espíritu. El mundo está ya viejo y chocho; el Arte no se reslgna a envejecer, y por parecer niño finge balbuceos...Y he aquí como estos viejos polichinelas pretenden hoy divertiros con sus niñerías."



2.- El divorcio de Putin.

Ayer nos pasamos un poco con el chiste de Obama y Angela Merkel, pero esta vez no va de chiste, porque es una noticia que conoce toda Rusia; y es que Vladímir Putin de ha divorciado de su esposa Liudmila Alexandrovska Beremenna, a la que, por su matrimonio, se la conoce más como Liudmila Putina.





Una vez más se demuestra que el matrimonio y la política no encajan bien. En España lo vemos con nuestros políticos plurimatrimoniados, que son bastantes.. Pero en este caso se trata de un divorcio "civilizado" porque esta separación va a limitarse ya que tienen dos hijas, María de 28 años y Yekaterina de 29. La separación se produce tras treinta años de matrimonio; y todo parece que se debe a que esta mujer, que siempre ha sido muy discreta y no le gusta aparecer en las fotos de la prensa, se ha cansado de tanta política, y ha preferido vivir a su aire.

Liudmila, en su juventud, era azafata de lineas aéreas, y una muchacha muy agradable, Tanto que Vladimir Putin se enamoró de ella y se casaron cuando ella tenía 22 años. Hay que reconocer que no tenía mal gusto.


La noticia del divorcio se hizo pública a través de la televisión, pero ya se hablaba de él cuando un dia aparecieron pintadas como ésta por las calles de alguna ciudad rusa. Dice:"Liudmila sin Putin !", porque llevaba tiempo sin aparecer junto a su marido.


Y, como ocurre cuando no se quieren dar explicaciones de lo que ocurre, empiezan a aparecer historias como la de que Liudmila se ha recluido en un monasterio, lo que quizás sea verdad porque la vemos en esta imagen con una cruz pendiente del cuello, lo que indica en ella una cierta religiosidad,




Y la otra que corre es que Vladimir Putin está  prendado de una joven gimnasta acrobática  campeona con medalla de oro, que se llama Alina Kabáyeva. La foto de esta jovencita de 30 años demuestra que el "interfecto" sigue sin tener mal gusto. 





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