jueves, 18 de julio de 2013

18 de julio

Yo no lo quito

Siendo esta una fecha memorable; tan memorable que incluso hay quien quiere declararla como "dia oficial de condena del franquismo", no está de más que hagamos un ligero análisis sobre las cosas que en este momento ocurren en España. Y  este análisis tiene que ser ligero porque tampoco disponemos de demasiado espacio para contar todas las historias que se nos acumulan de dia en día.

El primer respingo que hemos soltado este dia ha sido al abrir el periódico y leer este titular que por poco no se nos atraganta el café con leche del desayuno.




O sea, que el Juez José Maria Pijuan, que es el que actualmente instruye el caso de corrupción que más comentarios está levantando en Cataluña, en el resto de España y hasta en el extranjero, no ha podido resolverse por falta de pruebas.

Y si no hay pruebas capaces de demostar que sí ha habido corrupción, esto quiere decir que la prensa, radio y televisión que nos han estado sirviendo diariamente una sarta de mentiras. Incluímos también en esta falsedad al entonce Alcalde de Barcelona que en medio de una sesión del Parlamento Catalán le dijo al señor Mas que su problema era el 3%. Y con esta denuncia empezó a hablarse de ua corrupción que todo el mundo conocía, pero que "discretamente" callaba, quizás porque a mucha gente no le convenía hablar de este tema.

Estas cosas nos traen a la memoria el preámbulo de nuestra Constitución, esa que nos hemos dado todos los españoles, en cuyo artículo primero se puede leer:
  
"Artículo 1º.-Epaña se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de un ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político".

Hermosas palabras sobre las que podríamos hablar largo y tendido. Pero hoy nos vamos a referir exclusivamente a la Justicia. Porque, por si los ciudadanos no están enterados, la juisticia "est ominis divisa in partes duas", como diría Julio César, que son la justicia Democrática y la justicia a secas. Casualmente, el magistrado Josep Maria Pijuan, que fué nombrado en sustitución del juez Solaz, pertenece a la primera de estas dos; o sea, a la justicia democrática.



A este magistrado le tocaba ahora cerrar la investigación del desfalco del Palau y continuar las pesquisas sobre la presunta financiación irregular de CDC a través de la institución, relacionada con la adjudicación de obra pública a Ferrovial.

Ahora ya sabemos que el caso se ha cerrado porque los bancos y las cajas se niegan a identificar a los cobradores de cheques, talones y reintegros que provienen de la fundación privada Orfeó Catalá-Palau de la Música, y esta negativa a colaborar con la justicia procede incluso de instituciones que han sido sostenidas con dinero público. Un dinero que, como dijo una ilustre Ministra socialista: "no pertenece a nadie" aunque todos sabemos de donde sale, que es de nuestros bolsillos.

Con esta noticia se cierran cuatro años de investigaciones durante los cuales la Justicia no ha conseguido conocer quienes eran los cobrantes de esos cheques, talones o reintegros, teniendo en cuenta los elevadísimos importes que se cobraron en la red de Felix Millet y Jordi Montull. Y eso con tantos ordenadores que manejan a diario. Y es que la informática, lo mismo que la justicia, también tene sus fallos.


Pero estas cosas no tienen nada de nuevo, y no deben asombrarnos. Un ejemplo del funcionamiento de la justicia democrática nos lo dió un juez de la Audiencia Nacional que quiso empapelar a Franco, y pidió que le remitieran la partida de defunción del interfecto. Si este juez, que no vamos a nombrar, se hubiera tomado el trabajo de consultar las noticias de La Vanguardia de un dia de octubre de 1936, no tendría necesidad de solicitar ninguna partida de defunción para enterarse de lo ya era  era bien notorio. Lean, por tanto, y dígan si no tenemos razón



Pues así es como funciona la justicia en España. O sea, que no se quejen.



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