martes, 9 de abril de 2013

Toque de oración

Yo no lo quito.


En toda la prensa de hoy se habla del fallecimiento de Sara Montiel. Una artista que fué internacional, y que tuvo en su historial unas cincuenta películas desde unos tiempos en que el cine español empezaba a despegar.

Y como cada periódico tiene su historia que contar, El Alimoche, para no ser menos, se decide hoy a contar "su" historia en recuerdo de esta mujer.

La historia comenzó en el otoño del año 1947, en Zaragoza. Los cadetes novatos de la  V Promoción de la Academia General Militar estaban en el estudio, cuando recibieron la orden de dirigirse a sus barracones para cambiarse de ropa y prepararse para un desfile con el correaje y el armamento. A todos les extrañó aquella orden pero, a toda velocidad (en la Academia se hacía todo a gran velocidad) empezaron a formarse las compañias en el patio de la Academia. Más tarde pudieron enterarse de lo que estaba ocurriendo cuando vieron a un "cámara" que iba tomando diversas imágenes de aquellas formaciones que iban desfilando por delante de su objetivo.


Se quería disponer de unas imágenes de cadetes de la Academia General  para incluirlas en la película Alhucemas. Eran tiempos en los que el cine español se dedicaba a ensalzar los valores militares y el guión de la película comenzaba en la Academia en la que un profesor va explicando a sus alumnos lo que fué aquella operación militar conocida como el desembarco de Alhucemas en donde la vanguardia del desembarco estaba al mando del entonces Coronel Francisco Franco. La película tenía un galán que era Julio Peña, y una jovencita que entonces se llamaba Sarita Montiel. Lo de "Sara", o "Doña Sara" corresponde a otra época. La niña era preciosa, como puede verse en esta foto






Y los carteles de propaganda de aquella película empezaron a aparecer por las paredes de nuestras ciudades el año 1948


Huelga decir que en cuanto empezó a proyectarse la película en Zaragoza, los cadetes de la General no se perdieron la oportunidad de  presenciarla, con la satisfacción de haber sido partícipes en aquella película con aquella preciosa criatura que se llamaba Sarita Montiel. Que Dios le haya premiado por alegrarles la vida.

Y a los que, por haber nacido bastantes años más tarde, no pudieron conocer a Sarita, les dedicamos esta otra imagen





Porque ellos, mucha "faja por barriga", y mucho fajín de Estado Mayor, pero nunca podrán decir que habian trabajado en una película con Sarita Montiel.



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