lunes, 11 de febrero de 2013

El pequeño gran Ratzinger

Yo no lo quito

No cabe duda de que esta es la noticia del día. Noticia que va a dar lugar a muchas páginas de la prensa escrita y la digital. Razón por la cual nos abstenemos de hacer comentarios porque, a decir verdad, a nosotros nos ha cogido la noticia cuando menos lo esperábamos, aunque éramos conscientes del estado del Papa Benedicto XVI, que se reflejaba claramente en las últimas fotos.

Esto quiere decir que nos quedan 17 dias de este mes de febrero para que termine su pontificado; y el mes de marzo vamos a ver por quien sale la fumata blanca. Suponemos que será un papa joven con capacidad para soportar el ajetreado ir y venir del Papa durante algo más que estos casi ocho años del pontificado de Ratzinger, o los viajes de Juan Panlo II.

También se ha comentado que la última vez que un papa renunció a la sede episcopal de Roma fué hace casi 600 años, en 1415, cuando Gregorio XII se encontró en pleno Cisma de Occidente y había nada menos que tres papas en litigio. Por cierto uno español, que era Benedicto XIII con sede en Peñíscola.

Gracias a las películas y la Televisión, hoy la gente conoce el método que se sigue para nombrar un nuevo Pontífice en el cóncave de los cardenales elegibles, la quema de papeletas, y el rito del humo negro o blanco. Pero en los años anteriores a aquel Cisma el nombramiento de Obispo de Roma (o sea, de Papa) lo realizaba el emperador del Sacro Imperio o las autoridades de Roma. Afortunadamente, el método que se sigue actualmente es mas lógico y, sobre todo, más limpio que en aquellos años de la Baja Edad Media.

Benedicto XVI se convierte así en el cuarto papa que renuncia a su sede. Los anteriores fueron Benedicto IX en 1032, Celestino V en 1294 y Gregorio XII en 1415. 

El escudo que ha venido utilizando durante su pontificado tiene símbolos que se refieren a leyendas de su tierra bávara.




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