miércoles, 18 de abril de 2012

Miscelánea

Yo no lo quito

1.- La "famiglia".

Pues tras leer todo lo que se está escribiendo contra los argentinos, a uno no le queda más remedio que pensar que son lo más parecido a los españoles, y que bastantes problemas tienen con tener que soportar a la chusma que les gobierna, que es, poco más o menos, lo que nos ha estado ocurriendo a nosotros desde hace más de treinta años. Porque, encima, sus dirigentes  han alcanzado el poder por via democrática, si por tal hay que entender el voto en las urnas.

Aquí podemos ver al trio de la bencina, aunque podríamos llamarles mejor, el "trio del petróleo". En el centro la Presidenta viuda, llevando a su derecha a su primogénito Máximo y a  izquierda a la hija (la hija "legítima", se entiende), que se llama Florencia.


Máximo es el encargado de administrar los bienes de la familia a partir de la muerte de su padre. Jamás ha entrado en política. Como los bienes de la familia son grandes, suponemos que son esto ya tiene trabajo. Por lo demás, está casado con una odontóloga. De la hija sólo se sabe que  es amiga de fiestas y buena bebedora de cerveza.

En cualquier caso, Cristina Fernández de Kirchner siempre se llevó bien con los políticos socialistas españoles.Vean la cara de satisfacción de ZP en esta foto con Cristina.



No deja de ser curioso que tanto los socialistas como los indepentistas están muy contentos con esta situación. Y, además, lo dicen.



2.-La prensa española.

Treinta y siete años llevamos, treinta y siete, durante los cuales no hemos oido más que elogios sobre la persona de Juan Carlos de Borbón. El "motor del cambio", el "dicharachero", el "simpaticón". Un poco amigo de llevar la bragueta desabrochada, pero esto no es nada más que cosa de reyes y más si son Borbones. Total, que tenemos un encanto de Rey.

¿Tenemos he dicho? Pues no; "teníamos", porque ahora las cosas han cambiado sorprendentemente. En estos momentos, en un plis-plas, toda la prensa española, la de derechas, la de izquierdas y la de centro, se ha puesto de acuerdo en poner "a parir" al monarca ese que con su simpatía y su buen hacer era bien recibido en los foros internacionales y que nos representaba tan dignamente ante el resto del mundo mundial.


Ahora están saliendo a la luz una buena parte de los chismes que muchos conocemos desde hace treinta y siete años. No digamos que todos son verdad, pero sí decimos que muchas de las cosas que ahora se ventilan habían llegado a nuestros oidos desde que el primer día que el monarca ocupó el puesto que le había reservado Franco. O sea, de todo eso que la prensa lamelibranquia, los defensores de la verdad, nos había estado ocultando.

Parece que estas cosas se han acabado. De este modo se cumple el principio de la acción y la reacción. Ahora los periodistas tienen que sacarse la espina esa de habernos engañado, dia a dia, a lo largo de treinta y siete años. 

Noble profesión ésta del periodismo.






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