miércoles, 22 de febrero de 2012

La zarrapastra ataca

Yo no lo quito

Nadie se asuste. Ocurre lo que tenía que ocurrir, y es que los sociatas, los comunistas y los anarquistas se han echado a la calle como es su costumbre. La calle es de ellos. No importa que las urnas los hayan expulsado del Parlamento, porque  eso de las urnas les importa un rábano; a ellos lo que les mola han sido siempre las urnas cinerarias, pero fuera de eso nada más. Han empezado su guerrita al grito de: "¡Proletarios de todos los paises, uníos!" y ya están aquí.



Son los descendientes de aquellos que entraban en el Congreso con  pistola en el bolsillo, como aquel ilustre socialista que llegó a sacarla en medio del hemiciclo para amenazar a otro diputado de la oposición.Un tipo simpaticote que se llamaba Indalecio Prieto.





¿Cómo se le ocurriría a sus padres bautizarlo con el nombre de uno de aquellos catorce "varones apostólicos" que constituyeron la primera colectividad cristiana en la Hispania romana?

Son lo que añoran aquella deliciosa república tan democrática y salen a la calle con la bandera tricolor.

Son los que recogen las palabras de aquel a quien llegaron a llamar "el Lenin español".y que preconizaba la violencia porque la revolución solamente se podia lograr mediante la violencia.

Por otra parte, nadie se extrañe de que nuestros jóvenes estudiantes se lancen a la calle para protestar por las medidas de reajuste que está intentando el gobierno. Estos jóvenes, que se ven privados de su derecho a estudiar, se enfrentan a la policía que les envía el Ministerio del Interior. Su amor al estudio y a la ciencia en francamente conmovedor. Vean si no es cierto lo que decimos porque, para exigir sus derechos, este jovencito esgrime un porra que ha arrebatado a un policía.



O estos otros jovencitos que están informando al policía con sus argumentos que les han de permitir que se reconozcan sus derechos a la ilustración. Derechos que ahora se les niegan.



Por tanto, que nadie se alarme. Que nadie se asuste. Es lo de siempre, y los políticos deberian saber que la vida no ha cambiado y está sucediendo todo lo se podía esperar de esta tropa.

En esto, el pobre Heráclito de Efeso se había equivocado porque su famoso "panta rei" no tiene el valor universal que pretendía darle. Hay cosas que nunca cambian porque el "ave implume" sigue siendo el de siempre.





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