martes, 7 de febrero de 2012

Cristina Losada

Yo no lo quito

Entre la abundante fauna periodística que nos rodea, hay una mujer de la que soy apasionado lector. Se llama Cristina Losada, y nació en Vigo, una hermosa ciudad gallega que dicen es "muy costaneira", y donde el difunto hermano de mi difunto padre tenía una farmacia en la calle de Policarpo Sanz, que fué un benefactor de esta ciudad, a la que dotó con una importante herencia artística y económica. Tan importante para Vigo fué el buen don Policarpo, que hasta le dedicaron una calle, a pesar de que había nacido en Marín.


Cuando Cristina era una jovencita que había estudiado en una Deutsche Schule de Vigo, al llegar a la Universidad de Madrid le ocurrió lo que a todos los jóvenes y "jóvenas" de su tiempo, y fué padecer una intoxicación de rebeldía y progresía. Pero Cristina se diferenciaba de sus compañeros en algo que era muy importante: era inteligente. Y no tardó mucho en darse cuenta de la clase de gente a la que se había aproximado. Por eso la podemor leer y escuchar ahora en Libertad Digital y en el programa de Jiménez Losantos.

En el último número de Libertad Digital ha escrito un artículo titulado "La papisa Carme y el hereje Pérez" donde dice cosas como ésta:

"Dar palos a los obispos forma parte del guiñol que entretiene a los niños en el cuarto de juegos. El vacío ideológico ha de llenarse de algún modo. Y el fundamentalismo laico se ha puesto de moda.

A tenor de la pasión que despertó en el cónclave sevillano, la revolución pendiente del socialismo español es acabar de una vez con lo que el nuevo timonel llama el "Concordato". Tan mal vió que pintaban las cosas, que hubo de lanzar la carnaza pasada de fecha para cosechar aplausos, y tan mal están las cosas en el partido que, en efecto, lo consiguió. Si algo levanta de la silla a un militante socialista es, por lo visto, una declaración de hostilidades contra la iglesia católica. Y Chacón tampoco les privó de ese postre, aunque al no dominar esa terminología, tal vez porque no había nacido cuando existía el Concordato, la presentó en la bandeja del laicismo, que es más de diseño. Ni mercados, ni especuladores, ni banqueros. Lo que les pone es el anticlericalismo de bullanga, vaya por Dios."



Comprenderán ahora nuestros lectores que desde la redacción de El Alimoche, que es una revista "sin ánimo de lucro" enviemos a doña Cristina Losada nuestra más cordial felicitación, que es lo único que podemos enviarle por la faena de haberle copiado estos párrafos.

Ella lo comprenderá.



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