domingo, 10 de abril de 2011

Legitimidades




Yo no lo quito


La actitud desvergonzada del Ministerio de Cultura negándose a entregar a los herederos de Alcalá Zamora los 1200 folios de sus memorias tiene su explicación. De publicarse éstas, aparecerían muchos detalles sobre lo que la Segunda República tenía de legitimidad que a muchos nos ha parecido siempre más bien escasa. Sobre todo cuando se producen las famosas elecciones del 16 de febrero de 1936 por las que el Frente Popular accedió al poder, y a la puesta en marcha de la Revolución que había fracasado en 0ctubre de 1934.


Por aquellos años quien esto escribe era un estudiante de los primeros cursos de bachillerato y muchos recuerdos de aquella época siguen vivos por aquella tendencia que tenemos los viejos a recordar las cosas antiguas y olvidarnos de las nuevas. Uno de aquellos es una viñeta que apareció, quizás en la revista de humor "Gracia y Justicia", en la que aparecía un individuo que se presentó en la oficina electoral con una cabra. Votó el individuo y también votó la cabra.


Hechos como aquel se repetían frecuentemente en las mesas electorales porque durante la República la izquierda, bien aleccionada, hizo uso de de los instrumentos que rigen el método a seguir para ganar unas elecciones. Estos son la mentira y la violencia.

La mentira es necesaria. Ya lo decía Lenin. Hay que explicar al "respetable" todo eso de las aguas envenenadas por los frailes o los caramelos envenenados por los curas, que ya se utilizaba en España a mediados del siglo XIX. La violencia tiene que estar precedida por una campaña bien dirigida para introducir en las mentes de los futuros votantes la necesidad de llegar a la paz. Esa paz tan ansiada por todos. Conseguido ésto, basta con ejercer la violencia, y el gato empieza a entrar en la talega.


Ejercer la mentira es, también, ocultar la verdad. Y esa verdad podría explicarnos mucha cosas que ocurrieron aquel 16 de febrero de 1936 cuando el Frente Popular "ganó" las elecciones y Alcalá Zamora, que era el Presidente de aquella República se vió suplantado por Manuel Azaña por arte de birlibirloque. Y ocurre que entre los 1.200 folios de las memorias de Alcalá Zamora aparecen actas con los resultados de aquellas elecciones. Si se llegan a publicar muchos ilustres "historiadores" podrían quedar con el trasero al aire. Algo de eso ha ocurrido al abrirse en Moscú algunos archivos sobre nuestra guerra civil.


Un ejemplo de lo que ocurrió aquel nefasto día se puede leer en el ABC del dia 19 de febrero, a los tres dias de haberse celebrado las elecciones.



Y como estamos próximos a unas elecciones generales, de momento ya se ha empezado a notar la violencia y la mentira.Violencia en las iglesias y mentira en las declaraciones de los ministros.Brillan el ellas las de Rubalcaba, Pepiño y Bono. Y ej que no se puede aguantar.

Preparémonos a afrontar lo que se nos viene encima.


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