sábado, 30 de octubre de 2010

El Aeropuerto de Ciudad Real






Yo no lo quito



Hace unos dias, "Le Monde" dedicaba una de sus páginas completa a un reportaje sobre el aeropuerto de Ciudad Real, construido con una de las pistas más largas de Europa (cuatro kilómetros) capaz de admitir un Airbus A 380, que es el avión comercial más grande del mundo.






Las instalaciones están dimensionadas para acoger hasta dos millones de pasajeros al año. Lo que no nos imaginamos es lo que podrán hacer estos dos millones de pasajeros cuando aterricen en Ciudad Real.


El caso es que hasta el momento este aeropuerto no tenía más que tres vuelos semanales de la compañía Ryanair, obtenidos por medio de una subvención pública. Y decimos "tenía" porque acabamos de leer que ya esta compañía ha dejado de utilizar el aeropuerto.



La cafetería solo sirve para servir el almuerzo a los 92 trabajadores directos más los 200 de algunas empresas concesionarias que los lunes, miércoles, jueves y sábados son las únicas personas que circulan por los desérticos pasillos durante el día.



Una obra de esta magnitud ha necesitado invertir de entrada 500 millones de euros, y buena parte de ellos los va a poner Caja Castilla La Mancha, recientemente intervenida por el Banco de España que la ha avalado con 9.000 millones de euros del dinero público. O sea, de nuestro dinero.



Esta Caja Castilla La Mancha ha inyectado al aeropuerto 140 millones más que irán a compensar las constantes pérdidas que se producen.



Ciudad Real tiene 75.000 habitantes, que es una cifra que no le permite tener la consideración de "ciudad", aparte de ser capital de provincia, pero con un nivel de población que no le aconseja disponer de un aeropuerto de tal envergadura. Y tampoco tiene cerca de ella instalaciones de tipo industrial o poblaciones que pudieran justificar la necesidad de un aeropuerto; y menos de esta envergadura.


¿Quien tuvo interés en este proyecto que no beneficia a nadie? Pues la respuesta es clara; el beneficio estuvo en la construcción. Pues averigüemos quienes la promocionaron y conozcamos a quienes se beneficiaron de ella.



A estas alturas, lo único que está claro es que los españoles tendremos que rascarnos el bolsillo para compensar este disparate mientras los políticos siguen en sus puestos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario