jueves, 7 de octubre de 2010

Auxilium cristianorum





Yo no lo quito



Hoy, 7 de octubre, festividad de la Virgen del Rosario, se cumple el aniversario de la Batalla de Lepanto, en la que las naves cristianas mandadas por Don Juan de Austria, derrotaron a la armada turca en las proximidades del Golfo de Patras.



En esta batalla peleó el soldado Miguel de Cervantes Saavedra, de la compañía de D. Diego de Urbina, del Tercio de D. Miguel de Moncada, a bordo de la Galera "Marquesa", gobernada por D. Francisco de San Pedro, y perteneciente a la flotilla de D. Gian Andrea Doria. Allí recibió tres balas de arcabuz dos en el pecho, y una en la mano izquierda, de donde le viene el sobrenombre de "el manco de Lepanto".





Para celebrar esta victoria sobre los turcos que amenazaban con "comerse" a Europa, el Papa Pio V introdujo en las letanias a la Virgen Maria del Santo Rosario la de "Auxilium Cristianorum", por entender que el auxílio de la Virgen del Rosario fué decisivo en ayuda de la Santa Liga, que estaba formada por España, Venecia y el Papado.


Aunque a muchos de los actuales sedicentes católicos les suene a herejía eso de que el Papa celebre la victoria de los cristianos contra el Islam, victoria cruenta porque muchos hombres se dejaron la vida en aquella batalla naval, no sería mala cosa que esta Santa Liga tuviera ocasión de repetirse cuando la amenaza de invasión islámica de Europa se presenta en el horizonte histórico de este SigloXXI. Amenaza que estos dias ha denunciado el Presidente de la Asociación de Militares Españoles AME, Leopoldo Muñoz Sánchez. Si Lepanto tuviera que repetirse, la Iglesia volvería a celebrarlo como hizo entonces, y hasta es posible que muchos se escandalizarían. Quizás por eso se pretende suprimir de nuestras fiestas militares la referencia cristiana tan tradicional, y sustancial, en nuestro ejército



Desterrar del mundo la guerra tomando como base, o pretexto, el Evangelio de Cristo podrá ser un signo de buena voluntad, o de pío deseo, pero constituye un abuso. Porque los objetores de conciencia podrán tener sus razones, o sus sinrazones, a título personal, pero lo que no pueden hacer es esgrimir el Evangelio para tranquilizar su conciencia objetante.


Y es curioso, y significativo, que sean soldados o jefes militares los que merecen de Jesús las palabras más hermosas y laudatorias por su fé.





Al centurión de Cafarnaum lo propone Jesús como el hombre de más limpia fé que ha encontrado en Israel. Al pié del Calvario es otro centurión el que se atreve a confesar la divinidad de Cristo, mientras los demás, entre los que se encontraban los discípùlos, huyen o se quedan aterrados Es otro centurión el primero de los paganos que se atreve a recibir el bautismo. El primer convertido a la fé, y no judío, es un capitán al que no se aconseja que abandone las armas para seguir siendo cristiano.


Afortunadamente, los militares españoles no renuncian a su fé cristiana, aunque desde el Ministerio de Defensa se intente lo posible para convertirlo en lo que estos zampabollos que dicen gobernarnos denominan una institución "politicamente correcta".

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