miércoles, 22 de septiembre de 2010

miscelanea





Yo no lo quito



1.-Los actuales mandamases.



La muerte de Franco debió interrumpir bruscamente la soñada carrera política de muchos españoles de familia franquista. Con Franco desaparecían sus aspiraciones, y no tuvieron más remedio que "apuntarse" a lo que por entonces se veía venir. O sea, la zarrapastra, que nos iba a beneficiar a los ciudadanos de esta desgraciada nación, con algo a lo que iban a poner el nombre de democracia.


Sería para disimular.



La ambición de poder y la codicia son malos consejeros; y ahora resulta que el mandamás sociata de Andalucía, un tal Griñán, resulta ser hijo de un Comandante de Infantería de la Guardia de Franco, y sobrino-nieto de otro Comandante que en julio de 1936, estaba en aquel Regimiento de Transmisiones de El Pardo, que se pasó íntegro a las tropas nacionales. Tan íntegro, que entre aquellos soldados de Ingenieros estaba nada menos que un hijo de Largo Caballero.


Este Griñán es gran amigo de Chaves que, a su vez, es hijo de un Coronel de Artillería del ejército nacional. O sea, que no se trata solamente de la Vice-Vogue, de Rub-al-Kaba,de Conde Pumpido, de Bermejo, y de tantos otros que sería penoso enumerar.


Son los franquistas que se convirtieron en antifranquistas en cuanto dejaron de ser franquistas.





2.-Arremetiendo contra el Papa.



Ayer aparecía el diario de los albañiles con esta noticia en primera plana. Y es buena cosa que sea, precisamente este panfleto subvencionado de Cataluña que se edita en las dos lenguas la "estatal" y la "nacional" que es, naturalmente, el catalán.



Y es buena cosa, decimos, porque a muchos de los que nos quejamos de la rebeldía de una parte del clero de Cataluña donde, por cierto, también hay una promoción de sacerdotes jóvenes que cada día dan testimonio de su lealtad al Papa y a la Iglesia Católica (que quiere decir "ecuménica"), y les tiene sin cuidado hablar a sus feligreses y decir misa en las dos lenguas oficiales y tener las puertas de la iglesia abiertas para el que desee acercarse al Sagrario, nos tachan de ultras, y de casposos en el mejor de los casos. Ahora lo dice, precisamente, este panfletillo que no sabemos si lo dice para avisarnos o para regocijarse. Ellos sabrán.



Este mes de noviembre veremos si la cosa pasa a mayores.



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