domingo, 5 de julio de 2009

Inmersion lingüística

El catalanismo cerril que el tripartito...y alguien más están desarrollando en estos últimos años no hace más que perjudicar a Cataluña. Y para darse cuenta de ello no hace falta poseer una inteligencia privilegiada. Sin embargo, conviene hacer constar que el Gran Profeta de esa inmersión lingüística que hoy ejercen la izquierda catalanista y el socialismo catalán, junto con CiU, ha sido Jordi Pujol. El hombre que, cuando estaba en su apogeo, recibió del diario ABC de Anson el título de "español del año". Título que suponemos no le habrá proporcionado mucha alegría. Por otra parte, conocemos anécdotas de personas muy próximas que denotan ese empeño en que todo el mundo hable catalán.
Este fenómeno ha conseguido que muchos profesionales, en especial de la enseñanza, hayan buscado acomodo en otras partes de España; que estudiantes se hayan matriculado en escuelas fuera de Cataluña para, entre otras cosas, evitar una asignatura más, que es el catalán. Porque ocurre que el catalán que se enseña en las escuelas no es el que habitualmente hablan en casa, o con sus compañeros, sino el pompeufábrico, que no tiene otra razón de ser que diferenciarse del castellano que, siendo ambos lengua romance del latín. inevitablemente tienen muchas raices comunes. Pero lo que amarga la vida a los estudiantes es la ortografía, con los tres acentos de la lengua francesa y otras minucias. Y encima, las notas bajas que sacan les rebaja la nota media del curso.

A este respecto, me ocurrió hace años lo siguiente: Viajando por la autopista en dirección a Gerona, al llegar a un pueblo que siempre había conocido como Cassá de la Selva, observé que la señal anunciadora de la llegada al pueblo estaba rotulada como Caça de la Selva, y en los mercados también la carne de caza se rotula como Caça.
Por supuesto, está escrito con arreglo a la ortografía postulada por Pompeu Fabra, pero como la cedilla es un signo de tamaño pequeño, cuando se corre por la autopista, parece que lo que se leía era otra cosa. Por eso, al cabo de un tiempo se cambió el rótulo y ahora se puede volver a leer Cassá de la Selva. Que es lo que pude observar la última vez que pasé por alli.

Esto de la C con cedilla es algo que debió preocupar mucho a Pompeu Fabra olvidando, quizás, que este signo ortográfico se utilizaba también en el castellano antiguo y puede leerse en el Poema del Mio Cid o en el de Fernán Gómez






Pero lo que me han contado hoy no tiene ninguna gracia, y pone en evidencia lo que puede ocurrir a muchos universitarios que estudian toda la carrera en catalán.


En Barcelona,en un bufete de bastante prestigio, de esos que van a las Universidades a buscar los alumnos mejor preparados cuando están acabando la carrera, contrata a un abogado joven, espabilado, y con conocimientos jurídicos adecuados para realizar un trabajo en el que, por supuesto, aprenderá muchas cosas más. Pero cuando tiene que redactar un documento en castellano, porque el bufete tiene mucho alcance en España, resulta que escribe en castellano con ortografía catalana. Y el prestigio del bufete no puede permitir eso, y el joven licenciado tiene que dejar el trabajo porque en la facultad de Derecho en que estudió no preveían que el abogado tendría que escribir muchos documentos para juzgados del resto de España. Si el chico no espabila, solo podrá trabajar para Mollerusa, Vic, o Cerdanyola. O sea, que lo han fastidiado, salvo que se dedique ahora a aprender a escribir en castellano.



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