domingo, 14 de junio de 2009

Recuerdos del dia de Corpus Christi

La festividad del Corpus Christi siempre fué en lo que antes era España, uno de los dias grandes del año. Fué el Papa Urbano VI quien en 1264 instituyó esta solemne fiesta en la que se celebra la presencia de Cristo en la consagración del pan y del vino. En la Barcelona donde vivo siempre tuvo una extraordinaria solemnidad que, con el paso de los años y el triste papel que ha venido desempeñando la Iglesia Catalana a lo largo de los últimos cincuenta años, se ha ido perdiendo. Sin embargo, en Barcelona algunas parroquias regidas por sacerdotes jóvenes y no "contaminados" vuelven a celebrarla con fervor y entusiasmo, procurando atraer a los jóvenes. Y lo consiguen. Antes se veían en algunas iglesias sólo a los "morituri", o sea a los viejos, y la iglesia era un mar de cabezas blancas; pero la cosas empiezan a cambiar, y si esto ocurre es gracias a esta juventud de sacerdotes dedicados plenamente a su ministerio, y por los que pedimos a Dios que los ampare y ayude en la medida en que ya nosotros apenas podemos hacerlo.
Y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, traemos aquí una foto del arquitecto Antonio Gaudí asistiendo a una procesión de Corpus. Por cierto, en estos momentos existe un proceso de beatificación para aquel hombre que siempre dió ejemplo de piedad en tiempos que no eran fáciles.
El Ejército daba escolta al Santísimo Sacramento desde que salía de la iglesia hasta su regreso, y en las calles se cubría la carrera por soldados de la guarnición. Aquí puede verse una foto de la procesión del Corpus en Segovia el año 1950 en la que los cadetes de la Academia de Artillería escoltan al Santísimo.
En el ámbito militar suponemos que estas cosas han desaparecido.Quizás en Toledo los cadetes den escolta el dia de Corpus. La verdad es que no lo sabemos, pero sí sabemos, por ejemplo, que se ha suprimido el movimiento de "Rindan armas" que se daba al Santísimo. Ahora, "Presenten armas" y va que chuta, lo mismo que al Rey, porque los nuevos reglamentos equiparan al Jefe del Estado con el Santísimo Sacramento. Lo que no ocurría, por ejemplo, en tiempos de la "oprobiosa", cuando a Franco se le presentaban armas y al Santísimo se le rendían.

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